Érase
una vez un amor que apareció como un fantasma en lo más oscuro de la noche,
robando más que un beso, alterando el uno, dos, tres, de un corazón arrítmico.
Construyendo una ilusión en cuestión de segundos. Transformando una fría
madrugada en un día de verano. Pero así como así, como los sueños son, todos
terminan sin querer terminar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario